En una fuente de horno ponemos el pato limpio de plumitas, cortamos la parte superior de la piel con un cuchillo haciendo unos cortes, pero sólo en la piel sin llegar a la carne, las patatas peladas y lavadas.
Partimos por la mitad a lo largo, untamos toda la superficie del pato con la trufa triturada, añadimos el vino y lo regamos por encima con una cucharada de aceite de oliva virgen extra y un poco de sal.
Ponemos una cazuela, cacerola u olla con agua y una poca de sal en el fuego, cuando comience a hervir, introducimos las huevas y las dejamos hervir unos 15 minutos (para que las huevas no se nos deshagan, las envolvemos en papel transparente), las sacamos, esperamos que se enfríen y les retiramos cuidadosamente la piel y las venitas que las envuelven.
Mientras esperamos que se enfríen, vamos picando en una fuente o bol el tomate, el pimiento y la cebolla y los aliñamos con la sal al gusto, el vinagre y el aceite de oliva virgen extra, con éste último no tengamos miedo de ser generosos, le va muy bien, así como hay que ser prudente con la sal y el vinagre.
En primer lugar, mezclamos el azúcar con los huevos, batimos muy bien hasta que la mezcla adquiera un color blanquecino. Añadimos a continuación el aceite de oliva virgen extra, la leche, la vainilla y la canela. Seguimos batiendo hasta que todo quede integrado.
Por último, incorporamos la harina junto con la levadura y la almendra molida. Vertemos en un molde de unos 23-24 centímetros previamente untado de mantequilla para evitar que se nos pegue.
Mientras se cocina la pasta, calienta el aceite de oliva virgen extra y el ajo a fuego medio en una cacerola de fondo grueso hasta que el ajo empiece a tomar un color dorado pálido.
Retira la cacerola del fuego y agrega ¾ de la taza de perejil, sal y pimienta al gusto.
Escurre la pasta, combina con la salsa en un recipiente aparte y revuelve hasta que se recubra toda la pasta.
Ponemos a hervir la leche con el palo de canela en un cazo. Una vez rompa a hervir lo retiramos, sacamos la canela y añadimos el aceite de oliva virgen extra, moviendo enérgicamente con la varilla hasta mezclar bien.
Esperamos que se enfríe y agregamos los huevos y el azúcar. Batimos con la batidora eléctrica y reservamos.
Ponemos la glucosa, el azúcar y el agua, si tenéis Thermomix 7 minutos, velocidad 1 a 90º. Si no tenéis Thermomix, ponéis estas tres cosas en un cazo al fuego y con un termómetro controláis que alcance los 90º C.
Abrimos la vaina de vainilla por la mitad, a lo largo, y con la punta de un cuchillo raspamos el interior, lo que obtenemos lo añadimos a la mezcla anterior.
Salpimienta el solomillo de ternera, ponlo en una fuente de horno y espolvorea un poco de orégano por encima. Introduce la fuente en el horno (previamente precalentado) a 200º C durante 20 minutos. Cuando esté listo, retira el exceso de grasa y reserva.
Vierte el vino tinto en la fuente de horno y ponlo a fuego lento hasta que se reduzca a la mitad. Después añade el caldo de ave y déjalo reducir de nuevo a la mitad.
Limpia el rape y ponlo a cocer cubierto de agua fría con sal. Hiérbelo por 10 minutos, no más.
En una sartén, pon un poco de aceite de oliva virgen extra y fríe las almendras, una rebanada de pan y un ramito de perejil. Retirar y colocar en un mortero.
En el resto del aceite de oliva virgen extra, fríe la cebolla picada hasta que quede blanda y dorada. Escurre y pon el mortero con las hebras de azafrán. Fríe el tomate pelado y picado. Pasarlo por el chino y poner en una cazuela.